RESCATANDO A UN PESCADOR
Historia recopilada por el Suboficial Mayor Naval (R) Carlos Saldivia Rojas
Puerto Williams, es una ciudad y puerto de la zona austral de nuestro país y que se sitúa en la costa norte de la isla Navarino y en la ribera sur del canal Beagle. Está ubicada en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena. Es la ciudad más austral de Chile y es considerada la “ciudad más austral del mundo”.
Por su ubicación geográfica, Puerto Williams es considerada con una temperatura ambiente muy fría, que en promedio en los meses de abril bordea los 16 °C en un día muy caluroso, con una mínima diaria de 3°C, y unas noches frías de -2°C; y la temperatura del agua del mar en esa época del año es estimada en unos 6°C.
La historia que se va a narrar en primera persona por el Subteniente, de la época, Juan Horacio Balmelli Puente, dotación de la torpedera PTF “Fresia”, quien fue en el rescate de un pescador artesanal, sucedió una fría noche nevada del 14 de abril de 1989.
El Subteniente Balmelli, esa noche se encontraba pasando una ronda por las dependencias del Comando de Torpederas, cuando observó un chapoteo en el costado del pesquero “Albacora”, atracado al muelle de pescadores…
Dejemos al Subteniente Balmelli en el relató de los hechos acaecidos:
“El día viernes 14 de abril de 1989, alrededor de las 02.00 horas, mientras caminaba por avenida Costanera hacia el muelle “Guardián Brito”, escuché a la altura del muelle de pescadores un extraño chapoteo en el agua. Sin darle mayor importancia seguí caminando. Un par de segundos después escuché el mismo ruido, pero esta vez acompañado de un grito. En ese momento me dirigí corriendo hacia el muelle, convencido de que había una persona en dificultades.
Una vez en el muelle me di cuenta de que efectivamente había un hombre ahogándose y en serios problemas para mantenerse a flote, al costado de una embarcación (aproximadamente a unos dos metros de ella) que se encontraba en el sitio más alejado de la playa del costado Este del muelle.
En el momento de darme cuenta de la situación, traté de pedir ayuda a la guardia del Distrito Naval Beagle y a la PTF “Guacolda”, que estaba atracada en el sitio N°2 del pontón “Ex-Serrano”, dando un fuerte grito desde el muelle. Al ver que en ambos lugares no me habían escuchado y que existía ningún elemento a mí alrededor como para lanzar al agua y socorrer, en primera instancia al hombre, procedí a quitarme algunas prendas de ropa y lanzarme al agua.
En ese instante, el hombre trató de salir a flote abrazándome y hundiéndome, para lo cual tuve que zafarme de él y tomarlo con un brazo desde el cuello para llevarlo nadando hacia la orilla, lo cual fue muy difícil de lograr, ya que casi no sentía mis pies por lo helado del agua.
Ya muy cerca de la orilla, noté que el hombre no reaccionaba bien, se notaba que había tragado mucha agua y que estaba en estado de ebriedad. Al tratar de mantenerlo en pie, su única reacción era tirarse al suelo, aunque tuviese el agua a la altura de la cintura.
Ya en la playa, lo tendí en el suelo boca abajo, para que botara el agua que había tragado, ante lo cual, espontáneamente vomitó; sin poder ponerse de pie.
Posteriormente me dirigí con el pescador, prácticamente al hombro, subiendo las escalas hacia la guardia del Distrito Naval. En ese lugar el Cabo de Guardia procedió a avisar al Oficial de Servicio y al Hospital de Puerto Williams. Una vez que llegó el Oficial de Servicio en vehículo, se procedió a llevar al hospital al afectado, mientras yo me dirigía al casino de oficiales del Distrito a tomar una ducha de agua caliente, cambiarme ropa, para luego constituirme nuevamente como Oficial de Guardia del COMTORP.
Por esta acción, en la ceremonia del 21 de mayo de 1989 celebrada en la plaza de Puerto Williams, el alcalde de la ciudad lo condecoró con la Medalla Municipal en el grado de Hijo Ilustre, al haber salvado la vida a una persona de la comunidad.
El 02 de abril de 1990, el Honorable Consejo de Condecoración de las Fuerzas Armadas, le otorgó la Condecoración “Al Valor” de Tercera Clase, impuesta por el Presidente de la República y el Comandante en Jefe de la Armada en la ceremonia del 21 de mayo del año 1990, en la Plaza Sotomayor.
5 comentarios
Que gran relato y recuerdos de hechos que nos confirman los valores y el ethos naval, propios de los marinos activos y todos nuestros Veteranos Navales.
Un gran valor y ejemplo para las nuevas generaciones de marinos. Ejemplos como los del Oficial, son dignos de imitar y son lecciones claras de entrega, compromiso y fiel cumplimiento del juramento de servicio, ante Dios, nuestro símbolo patrio y de la ciudadanía en general.
Felicidades y mi gratitud por ese hermoso legado de principios y valores de un verdadero líder.
Excelente relato, acciones propias de nuestros marinos ante la emergencia de cualquier ciudadano.
Que linda historia, que muestra las virtudes del marino chileno.
Una historia más que nos confirma la formación que les entrega la Armada de Chile a sus servidores, no dudó en arriesgar su vida por salvar la del prójimo.