La corporación del VETERANO NAVAL es una asociación sin fines de lucro, cuyos fines, formas y medios para cumplir sus tareas están definidas en sus estatutos y ha adquirido su personalidad jurídica para comenzar a operar desde el mes de octubre del 2022, como una manera de coadyuvar a quienes lo necesitan.
Esta iniciativa nació desde el mundo de los marinos en retiro, que observando lo que sucede en la sociedad actual y recogiendo intereses, motivaciones, anhelos y un sentimiento de justa valoración para quienes han estado o están en servicio, quieren ser un vehículo de cooperación y ayuda para los camaradas que lo necesitan.
Esta organización cuenta con dos grandes motivaciones. Por una parte, brindar ayuda social en su amplio sentido del término, incluyendo asistencia social, ayuda médica y/o asistencia judicial, para quienes, que en el cumplimiento de sus funciones al servicio de la Patria deban enfrentar situaciones especiales, requieran apoyo complementario a lo que reciban de su propia red personal, familiar o institucional.
Por otra parte, la segunda gran motivación que nos mueve es poder brindar asistencia integral a aquellos veteranos, que por razones de su longevidad y a veces, soledad, requieran de servicios de apoyo a la vejez.
En el marco de la celebración de nuestras Glorias Navales 2022
El día 24 de mayo se conmemoró el aniversario 143 de la muerte heroica de Juan de Dios Aldea Fonseca, y así también recordamos con asombro, que esa misma fecha 24 de mayo, pero de 1853 conmemora el natalicio de este mismo héroe de Chile, hijo ilustre de Chillán y compañero inmortal de aquellos 202 hombres y niños que sirvieron a bordo de la Gloriosa Esmeralda en Iquique.
Que increíble y bendita coincidencia se entrelazan en esa fecha. Coincidencia, no en la acepción de una situación que surge del azar del destino, sino porque nace precisamente de la alineación oportuna y generosa de quienes ven en este hecho, una manera de recordar, testimoniar y proyectar el más profundo respeto, lealtad a los valores que concurren en la gesta de este héroe naval que acompañó a Prat en este salto a la inmortalidad.
La vida de nuestro Sargento 2 de Artillería de Marina Juan de Dios Aldea Fonseca ha sido profusamente destacada por historiadores y cronistas de la época, que tuvieron la suerte de presenciar en vivo el combate y de aquellos que acompañaron al héroe desde el carro de carga donde fue dejado frente al edificio de la Aduana, hasta el Hospital de Iquique donde falleciera 3 días después de terminado el combate. Ellos mismos son los que a través de testimonios, pudieron reconocer, años después, el cuerpo mutilado por la amputación de uno de sus brazos y aún con el escapulario de la virgen del Carmen en su cuello, desde la fosa común donde fue enterrado y para lo cual debieron remover más de 100 cuerpos hasta llegar a él.
¿Qué más podríamos decir, que no sepamos o que no sintamos por este gran hombre…?
En este contexto y con la luz que este ejemplo nos deja, es que estamos frente al nacimiento de la Corporación del VETERANO NAVAL Juan de Dios Aldea Fonseca.
Aldea, que nunca había visto a Prat, sino hasta que el Comandante se recibiera del mando del buque 6 días antes del combate de Iquique, es un ejemplo no solo de lealtad, sino que nos conduce a identificar aquellas razones que mueven al ser humano a hacer cosas sublimes y que tienen sentido en la vida.
Cuando se habla de liderazgo, siempre se trata de identificar factores que gatillan o permiten la conformación de equipos exitosos; se habla de las habilidades blandas del líder para comunicar sus ideas o intenciones; se habla del carisma para motivar y contagiar con fe y entusiasmo a aquellos que lo siguen; se habla de aquellas cosas intangibles que encienden los corazones de las personas para decir SI…TE SIGO.
Ante ésto y sabiendo que Prat y Aldea, quizá en solo 6 días de conocerse, estos ingredientes del liderazgo puede que no hayan sido tan fuertes como suponemos, aparece el factor que, a nuestro juicio, es el pegamento mágico que unió sus corazones : UNA CAUSA JUSTA.
En ese 1879, la causa justa fue una guerra que Chile no quería, una causa justa que llevaba a todo un pueblo a defender la tierra de sus padres y que los unía frente a un objetivo común de cuidar de sus hijos a toda costa frente a los momentos de mayor dificultad.
Precisamente esa inspiración de Aldea con Prat frente a una CAUSA JUSTA es lo que nos reúne en este 2022, en el zarpe de esta corporación del Veterano Naval.
Esta corporación tiene, en su ADN, la presencia, vitalidad, compromiso y lealtad de una causa justa.
La causa justa de hoy quizá tiene otros matices que la de ayer, pero en común, permanece su esencia de nunca dejar solo a quien ha servido a su Patria, a su Armada y nuestro querido Chile.
La inspiración de Aldea nos lleva a que esta corporación que se inicia reúna a todos quienes valoran, respetan y cuidan a sus VETERANOS NAVALES, porque en ellos se reflejan los mismos principios y valores que hace 143 años llevaron a marinos como nosotros a inmolarse por un bien superior.
Esta corporación no tiene y nunca tendrá otro fin que no sea ayudar en forma concreta, tangible y directa a nuestros veteranos de ayer y a los veteranos del futuro; porque los marinos que hoy cumplen con su servicio con la Patria, también serán veteranos mañana… y para todos, el mensaje es fuerte y claro:
Esta iniciativa ha sido construida en forma conjunta y colaborativa entre Oficiales y Gente de Mar en retiro, quienes, motivados por esta realidad social, hemos identificado aquellas áreas que constituyen el marco donde más se puede ayudar a quienes ya han cumplido con su deber con la Institución y con la Patria.
Estimados camaradas y amigos
Mi nombre es Carlos Retamal Salazar, soy oriundo de la comuna de Chiguayante e ingresé a la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna” el 9 de febrero de 1986, dando inicio así a 35 fascinantes y desafiantes años de servicio en la Armada de Chile, los que me permitieron llegar al grado de Suboficial Mayor, grado máximo para el personal de Gente de Mar, con el que pasé a retiro en diciembre del año 2020.
Como Radarista CIC me desempeñé en plenitud en diversas unidades y reparticiones a lo largo de nuestro territorio nacional, lo que me permitió cultivar afectos y amistades, con las cuales se cultivaron profundos lazos de compromiso, solidaridad, camaradería, lealtad y trabajo en equipo
Con orgullo puedo decir que serví 18 años a bordo de diferentes unidades a flote, destacando el DLH “Blanco Encalada”, la PFG “Lynch”, LM “Chipana”, DLG “Almirante Latorre”, DLG “Capitán Prat” y finalmente tuve el privilegio de ser integrante de la primera dotación de la FFG “Almirante Latorre”.
Esta experiencia a bordo se amalgamó con lo aprendido durante años en mis principales destinaciones en tierra, entre las que se encuentran el Estado Mayor General de la Armada, el Comando de Operaciones Navales, la Comandancia en Jefe de la Tercera y Segunda Zona Naval, hasta que en diciembre el año 2016, fui honrado con el ascenso al grado de Suboficial Mayor, oportunidad en la que serví por dos años como Condestable Mayor en la Gobernación Marítima de Valparaíso y un año en el Hospital Naval “Almirante Nef.”
El 13 de septiembre de 2019 fui designado por el Comandante en Jefe de la Armada para desempeñarme en el cargo de Condestable Mayor de la Armada durante el año 2020; designación que me llenó de honor, pero que asumí con extrema dedicación y humildad debido a las circunstancias que nos impuso la Pandemia.
Soy un agradecido de Dios, de mis padres y de mi familia por estos 35 años de servicio a la Armada de Chile y a la Patria, sentimientos que puedo resumir en la siguiente frase que siempre me ha inspirado: “Estamos para servir sin esperar nada a cambio y hacerlo con amor”.
Inspirado en esta frase, he acepté ser parte del Directorio de la recién creada corporación “Juan de Dios Aldea Fonseca” en 2022, la que irá en ayuda de nuestros veteranos navales, mismos que merecen el reconocimiento y el afecto de las nuevas generaciones, lo que se refleja en el lema de la corporación: “Gracias por servir a la Patria, no te dejaremos solo”.
Camaradas, a lo largo de nuestras vidas hemos cultivado la amistad, el servicio a la Patria y a la Armada de Chile, aspectos que nos acompañarán hasta el último suspiro de nuestras vidas. Es por eso que hago un llamado para retribuir, apoyar y servir a nuestros propios veteranos, muchos de ellos con grandes necesidades y en el más absoluto abandono.
Sin más palabras, los invito a adherirse a esta noble causa.
Mi nombre es Felipe RUBILAR Vásquez, ingresé a la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna” el 10 de febrero de 1991, dando inicio así a 30 años de servicio en una Aventura, Desafío, Profesionalismo, Conocimiento y sobre todo Empatía en la Armada de Chile, los que me permitieron llegar al grado de Suboficial, con el que pasé a retiro en diciembre del año 2021.
Como especialista en Guerra Antisubmarina, me desempeñé en plenitud embarcado en diversas unidades de la Escuadra y también reparticiones de Tierra, lo que me permitió cultivar la fiel camaradería, la sincera amistad, con los cuales se realizaron profundos lazos de Lealtad, Honestidad, Camaradería, solidaridad y sobre todo trabajo en equipo.
Con orgullo puedo decir que serví muchos años a bordo de diferentes unidades, destacando el DLH “Blanco Encalada”, la PFG “Zenteno”, LM “Orella”, LM “Uribe” LM “Riquelme”, PSG “Contramaestre Ortiz” y finalmente tuve el privilegio de ser integrante de la primera dotación de la FF “Blanco Encalada” .
Esta experiencia a bordo en la cual me desempeñe como Operador de Sonar, buzo inspector de casco y fotógrafo Protocolar, que me llevó a trabajar en equipo con mis Camaradas Buzos Salvatajes y los Señores Albatros Dorados, realizando excelentes Fotos Aéreas como submarinas en el Corsa 27F, después en mis destinaciones de tierra, puedo destacar haber estado en la Comandancia de 4ta. Zona Naval, Escuela de Armamentos, Centro de Abastecimiento de Valparaíso, Academia Politécnica Naval y finalmente en la Dirección General del Personal de la Armada.
Soy un agradecido de la Vida, de mi Madre, de mis hijos por su apoyo incondicional y de Dios por guiar estos 30 años de servicio a la Patria y sobre todo a la Armada de Chile.
Tengo una frase que siempre les digo a cada Persona, Camarada o Amigo que me pide un consejo, ayuda o asesoría, me dan las gracias y yo les respondo «NO, GRACIAS A TI POR PREFERIRNOS», HOY POR TI Y MAÑANA TAMBIÉN» espero que estas frases, se las pueda seguir diciendo a cada Camarada, a las nuevas Generaciones, socios, Veteranos, después de asesorarlos ayudarlos y explicarles sobre la corporación “Juan de Dios Aldea Fonseca” y cumplir a cabalidad, lo que dice el lema de la corporación: “GRACIAS POR SERVIR A LA PATRIA, NO TE DEJAREMOS SOLO”.
Amigos, Camaradas, a lo largo de nuestras vidas hemos cultivado la Lealtad, trabajo en Equipo, Amistad, todo con el fin de servir a la Patria y a la Armada de Chile, en todos los aspectos, Es por ello que les hago un llamado para apoyar, servir y retribuir a nuestros propios veteranos, muchos de ellos con grandes necesidades y en el más absoluto abandono.
Sin más que decir, si no que pedir de corazón a adherirse a esta noble causa, «HOY POR ELLOS Y MAÑANA TAMBIÉN «
En nuestra carrera naval, la cohesión basada en el espíritu de equipo y de cuerpo, alcanzada a través de la instrucción y del entrenamiento que recibimos, tanto en las escuelas como en las diferentes unidades y reparticiones, ha sido fundamental para el cumplimiento exitoso de las diferentes tareas encomendadas
En mi larga carrera naval, tanto a bordo como en tierra, tuve una especial preocupación por formar equipos cohesionados, motivados, con sentido de pertenencia y teniendo a la persona siempre como el eje principal de la gestión.
En la actualidad tenemos camaradas, veteranos navales, que después de una larga carrera en la cual se entregaron por entero a la Patria y la Institución, necesitan de nuestro apoyo y camaradería. No podemos dejarlos solos, nos necesitan, no les podemos fallar.
Ellos, acompañados de sus familias, se prodigaron por cumplir cabalmente con sus obligaciones profesionales desde Arica al territorio Chileno Antártico, tanto en tierra, a bordo como en el aire, soportando largos períodos fuera de casa, sorteando temporales y situaciones complejas.
La fundación de la Corporación de ayuda social “SARGENTO ALDEA “, tiene por finalidad la asistencia económica, legal o de bienestar para todo el personal, sin distinción entre hombres y mujeres, que perteneció a la planta de la Armada de Chile, y se encuentran en condición de retiro.
Nuestros Veteranos, nuestros Camaradas, nuestros Carretas nos necesitan, digámosles
GRACIAS POR SERVIR A LA PATRIA, NO TE DEJAREMOS SOLO
Invitamos a todos los marinos, mujeres y hombres, en servicio o en condición de retiro o ser miembros activos de la Corporación.
De ante mano les agradecemos vuestro apoyo y preocupación un gran abrazo.
Estimados camaradas y amigos
Mi nombre es Jorge Felipe Keyer Fuentes. Mi padre es Oficial de Marina en retiro (Oficial de Mar) y mi madre Profesora Normalista, los que me inculcaron una sólida vocación de servicio y compromiso con nuestra patria, entre otras cualidades.
En lo profesional, soy Capitán de Navío (R), Generación 1987. En mi carrera naval, formé parte de muchos equipos junto a Camaradas de Armas, donde siempre privilegiamos la cohesión, la cercanía, la empatía y la solidaridad entre otras virtudes, las que orientadas por los valores fundamentales de nuestra Institución (Integridad – Deber – Patriotismo – Valor – Lealtad – Honor) nos permitieron siempre llegar a buen puerto, sin dejar a nadie atrás.
Camaradas y amigos:
Los insto a apoyar esta hermosa labor y los invito a ser parte de ella en la calidad de Socios activos. Gracias a sus aportes podremos darle dignidad a los Veteranos Navales que lo necesiten.
En lo familiar, estoy felizmente casado con María Paz Villaseñor A. desde hace 30 años y tenemos dos hijos, Amanda y Felipe Manuel.
Junto a lo anterior, quisiera compartirles que para mi es un verdadero honor y privilegio formar parte de este nuevo equipo, que es la Corporación del “Veterano Naval”, y que ser parte de su Directorio lo tomo como un tremendo desafío en el que pondré toda mi experiencia, competencias y capacidades en beneficio de nuestros Camaradas de Armas que necesiten nuestra ayuda. No los dejaremos solos.
Ingresé a la Escuela de Grumetes el día 6 de febrero del año 1966, completando 35 años de servicios en la Armada de Chile, saliendo retirado con el grado de Suboficial Mayor Naval un 1 de abril del año 2001.
Mis Unidades y/o Reparticiones donde preste servicios: CL. Prat, Escuela de Maniobras “Constantino Micalvi”, donde curse la especialidad de Maniobras. Siendo especialista me desempeñe en las siguientes Repaticiones: DD. Cochrane, APD. Serrano, Hospital de las FF.AA. de Punta Arenas, Distrito Naval Beagle, CL. O’Higgins, B.E. Esmeralda, AP. Aquiles, Inspectoría de Armamentos en Talcahuano (IDIARTALC), AO. Araucano, Arsenal Naval Valparaíso, DLH. Blanco, Centro de Abastecimiento (v).
Una vez retirado y ya estando en el mundo civil, ingrese a instituciones de personal en retiro para participar activamente de estas instituciones, por nombrar algunas, Circulo de Ex – Alumnos de la Escuela de Grumetes, Circulo de Maniobras Navales, Club del Suboficial Mayor Naval entre otras.
En el Círculo de Maniobras fui Director, Secretario General y posteriormente Presidente por un periodo de cuatro años.
En el Club del Suboficial Mayor Naval empecé como Director, pasando posteriormente a Primer Vicepresidente y siendo Presidente del Club por un periodo de seis años.
En estos cargos adquirí bastante experiencia para trabajar en la parte social e ir en ayuda de los socios.
Esta experiencia quiero volcarla en el nuevo desafío que emprendo en compañía de destacados Oficiales y Suboficiales Mayores que componemos la directiva de la Corporación “Veterano Naval” Juan de Dios Aldea Fonseca, para acudir en ayuda de todos los veteranos navales que así lo requieran, nuestro lema es:
“GRACIAS POR SERVIR A LA PATRIA, NO LOS DEJAREMOS SOLOS.
Estimados camaradas y amigos
Mi nombre es Juan Carlos Sáez Flores, soy oriundo de Santiago e ingresé a la Escuela Naval “A. Prat” en febrero del año 1975, dando inicio a cerca de 40 años servicio a nuestra Armada de Chile, el año 2003 pasé a retiro con el grado de Capitán de Fragata.
Mi carrera comenzó con el viaje de Instrucción en el BE “Esmeralda” el año 1978, para luego embarcarme como ST, en el CL “Prat”, LST “Águila”, en este último, tuve la ingrata experiencia de sufrir la varada de la Barcaza a la cuadra de la Universidad Federico Sta. María, el 10 de abril del año 1980, donde pude aquilatar el espíritu de equipo que se formó en nuestra tripulación y el apoyo certero de Ingenieros y especialista y alumnos de Control de Averías, permitiendo lograr desvarar el buque el 17 de mayo.
Curse la especialidad de Artillería el año 1982 y fui transbordado de Oficial Instructor en la “Vieja Escuela de Altivos Marineros”, la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisternas”, donde tuve la oportunidad de formar dos divisiones de grumetes de primer año, los años 1983 y 1984, teniendo que cumplir una comisión larga como Oficial Artillero del DD “Orella”, operando en el área del Golfo Corcovado y Bahía Tic-Toc, siendo mi esta unidad mi gran oportunidad de entregar mis conocimientos y aclimatarme a una unidad cuyo navegación, me hizo sufrir con su cabeceo y balanceo, no solo para la artillería que su uso era totalmente manual, sino mis mareos. Con orgullo puedo decir que serví 10 años a bordo de diferentes unidades a flote, destacando el DLG “Cochrane”, el DD “Zenteno” y el Rompehielos “Oscar Viel” Latorre”.
Continué mi carrera en el área Bienestar de la Armada, siendo nombrado, el año 1996, subjefe del Depto. del Bienestar de la Primera Zona Naval, donde tuve la oportunidad de implementar la automatización del sistema de autorización para compras en comercios con convenios. Participé en la implementación de la aplicación del CAR para financiar el sostenimiento y mejorar las instalaciones recreativas y de hospedajes, obteniendo para los socios un importante descuento al usar las instalaciones. También colaboré en la implementación de las Juntas de Adelanto de las Poblaciones Navales, que permitieron, con los aportes de los usuarios de las casas fiscales, lograr mejoras en casas y deptos.
Finalmente, asumí en octubre del año 1998, la Jefatura del Depto. De Bienestar de Magallanes, mi querido Bienmag. Mi primer logro fue la conformación de las juntas de adelanto, permitiendo mejorar cualitativamente las casas fiscales. Se adquirieron estufas a leña marca Bosca para las casas del personal de la Estación Naval Dawson, se llevó a cabo el programa Habimar en la Terzona construyendo departamentos en el sector de Bermúdez y casas para oficiales en Río de los Ciervos y para el personal del Disnabe. Se reacondicionaron las habitaciones de las casas de Huéspedes de Gente de Mar, incorporando tres deptos. familiares para el personal de paso en Punta Arenas, también se mejoraron las instalaciones del Casino de Tripulación, adquiriéndose un terreno detrás por calle O’Higgins, donde se construyeron más tardes, varios quinchos. Mis actividades en la Tercera Naval se vieron coronadas con la participación directa en la adquisición de la tan anhelada Casa de Huéspedes “Faro Evangelistas”, cuya puesta en marcha fue el 01 de agosto del año 2002 y la construcción del Nuevo Jardín Infantil y Sala de Cuna “Mar y Cielo”, después de un elaborado proyecto, el cual aprobado por la Dirección de Bienestar.
En mi etapa de retiro, a contar del 2003, trabaje en Vivienda Propia de la Direbien y después de un breve paso por la empresa Entel PCS, hoy solo Entel, el año 2018, fui recontratado para servir como encargado de Pensiones en la DGPA, sumando con el tiempo la responsabilidad del control y asignación del beneficio de la Asignación de Maquinas, la implementación del Sistema SIAPER de la CGR y también un breve paso por la Reinserción Laboral, finalizando mi vínculo con la institución desempeñándome durante tres años en la Fundación Almirante Carlos Condell, como Director de RRHH.
Actualmente, soy director de la Asociación de Oficiales de la Armada en Retiro, encargado de los beneficios previsionales, y como tal participo en el consejo de Capredena, representando a los Oficiales de la Armada en retiro.
Camaradas, a lo largo de este relato, quiero resaltar el espíritu de cuerpo, trabajo en equipo, la amistad, el servicio a la Patria y a la Armada de Chile, especialmente a todo aquellos que alguna vez trate de brindarles todo mi apoyo, orientación y acompañamiento y mi voluntad de servicio para acompañarlos en su diario vivir, como también apoyando a sus familias. Por ello que la causa de servir, que brinda ser socio de la Corporación Veterano Naval, me permite seguir en la senda de apoyar a nuestros marinos de ayer y de hoy, con el entusiasmo de siempre, especialmente a aquellos que sufren injusticias.
Los insto a participar cooperando con esta causa, retribuir, apoyar y servir a nuestros propios veteranos, muchos de ellos con grandes necesidades y en el más absoluto abandono.
Gracias y los invito a adherirse a esta noble causa.
Mi nombre es Carlos Saldivia Rojas, Suboficial Mayor (R), Mecánico Aviador Naval de Helicópteros, ingresé a la Armada de Chile un 14 de febrero de 1982; pasando a retiro, después de 35 años de servicio, a fines del año 2016.
Durante mis últimos años de servicio, me desempeñe seis años como Supervisor de Mantenimiento del Escuadrón de Helicópteros de Ataque HA-1, tres años de Condestable del Grupo Aeronaval Sur “Punta Arenas” y cuatro años de Condestable Mayor (un año en el Escuadrón HA-1 y tres en la Comandancia de la Aviación Naval). Sin lugar a dudas que estos años de trabajo en forma directa con el personal, me permitieron fortalecer mi espíritu en el trabajo en equipo y en el conocimiento cabal del grupo humano que permitían que lográramos los desafíos impuestos. Para ello debía conocer a mis camaradas más allá del diario vivir, conocer su entorno y sus preocupaciones profesionales…y lo más importantes…sus preocupaciones personales.
Esto permitió desarrollar en mi persona el lado más humano, el preocuparse por el hombre antes que por el Marino; y este desarrollo personal está intacto y más vivo que nunca, por tal razón que cuando se comunicaron conmigo y me preguntaron que si quería ser parte de esta Corporación “Juan de Dios Aldea Fonseca”, que va en directa ayuda de todos nuestros Veteranos Navales, con mucho regocijo acepte la propuesta.
Es de esperar que este espíritu de lealtad, compromiso y amistad a nuestros “Veteranos” se convierta en una sinergia en todos nosotros y apoyemos esta gran causa: Gracias por servir a la Patria y no te dejaremos solo
Hemos establecido una hoja de ruta, definiendo nuestros objetivos, nuestra visión y la misión que nos hemos autoimpuesto, para lo cual , durante esta primera fase de trabajo, la meta será invitar y motivar a todos quienes se sientan identificados con nuestra iniciativa, a hacerse socios de la corporación y a través de una donación sistematizada a través de diversos medios de pago, comenzar a recaudar fondos que nos permitan cumplir con las prestaciones que hemos identificado como servicios clave de la corporación.
Para lograr lo anterior, se ha definido una instancia de presentación de cada caso social al Directorio, de modo que reunido la totalidad de los antecedentes y con el apoyo de un informe de asistencia social, se dimensionará el tipo de apoyo y el plazo por el cual se podrá disponibilizar ese apoyo identificado.
Iniciaremos una campaña digital de captación de socios, pero también mantendremos una aproximación más tradicional a la explicación de los contenidos y motivaciones que nos mueven, visitando diferentes ciudades del país, explicando en forma personalizada cuál es nuestro objetivo y la forma de llevarlo a cabo
La Corporación es consciente que la labor social es un acto de desprendimiento, colaborativo, solidario y esencialmente generoso. Bajo esa premisa, todo aporte es un avance en esta ruta de navegación, pero para hacer más fuerte el vínculo de cohesión con nuestros asociados, hemos definido una UNIDAD DE VETERANO NAVAL, equivalente a 0,15 UF (equivalente a 2 kg de arroz) el aporte básico mensual como socio colaborador.
Nuestros aportes nutrirán un fondo solidario desde donde se generarán las ayudas sociales para aquellos veteranos navales o quienes sean identificados como beneficiarios, proceso que será apoyado por especialistas de asistencia social y finalmente aprobados por el directorio de la corporación.
Buscamos interpretar, motivar y movilizar a todo ciudadano que se sienta identificado con los valores que nos representan. En esta comunidad todos son bienvenidos: personal en retiro; en servicio activo, civiles, familiares y toda persona de buen corazón que adhiera a esta CAUSA JUSTA.
Aspiramos a contar con una base inicial de 5.000 socios, lo cual nos permitiría proyectar nuestra ayuda social en las formas y términos que se han definido.
La Corporación es consciente que la labor social es un acto de desprendimiento, colaborativo, solidario y esencialmente generoso
Esta corporación no tiene y nunca tendrá otro fin que no sea ayudar en forma concreta, tangible y directa a nuestros veteranos de ayer y a los veteranos del futuro
Nuestra invitación es a identificar, personalmente y en forma responsable, cuántas unidades de veterano podría ser mi aporte y adquirir el compromiso mensual a través de descuento PAT/PAC.
Es una asociación, sin fines de lucro, cuyos fines, formas y medios para cumplir sus tareas están definidas en sus estatutos y ha adquirido su personalidad jurídica para comenzar a operar como una manera de coadyuvar a quienes lo necesitan.