NAVEGAR SOBRE EL EPICENTRO DEL TERREMOTO 2010 – RONALD BAASCH BARBERIS, CONTRAALMIRANTE (R)
El solo hecho de recordar esa noche del 27F es escalofriante, por la magnitud de la emergencia vivida, sino también por las tristes consecuencias que tuvo para todo un país.
La respuesta ante las emergencias es algo con lo que los marinos de Chile hemos crecido desde muy jóvenes. El entrenamiento y preparación profesional siempre ha estado orientado a responder en forma ordenada, racional y con férreo sentido de cumplimiento del deber.
Muchos hombres y mujeres de nuestra Armada tuvieron que reaccionar esa noche del 27F, en diferentes situaciones, lugares geográficos y en funciones diversas.
Mi relato es desde la especial ubicación sobre el epicentro del terremoto mismo, desde el lugar geográfico donde se generaron las ondas de tsunami que golpearon a nuestra costa y diseminaron la destrucción.
Efectivamente, la barcaza LST 95 Chacabuco se encontraba navegando desde Valparaíso a Talcahuano esa noche de febrero, en demanda de recoger la carga de contenedores que el AP Aquiles había desembarcado en el molo 500 esa misma tarde, para hacer más expedita la transferencia de carga y así poder continuar con la comisión que tenía como destino final Puerto Williams en la Tercera Zona Naval.
Esa noche del 26 al 27 de febrero era especial…mar llana, viento calma y luna llena le daban un toque especial a la navegación con rumbo 180, a 12 millas náuticas frente a las costas de Constitución.
Yo era el Comandante, con 15 días de asumido el mando. Había recibido el buque en Punta Arenas y navegando de regreso a Valparaíso, por lo cual ya había tenido oportunidad de conocer a mi dotación en la mar y obviamente estaba feliz cuando se me dio la orden de zarpar nuevamente al sur, aun cuando recién habíamos recalado hace solo unos días atrás.
A la hora de inicio del terremoto, a las 03:34 horas del 27 F el buque se encontraba navegando con su guardia de mar normal para 5º. Grado de alistamiento (Estado 5 ahora) y de oficial de guardia, un subteniente muy amantillado, profesional y excelente compañero de cámara…, pero sin perder su esencia como subteniente.
Sin previo aviso, el buque comenzó a crujir como si se hubiera partido en dos. El ruido era metálico y sonaba como si estuviéramos navegando a 30 nudos y se estuviera rajando el casco contra una roca.
De inmediato salté de mi litera y llegué al puente en 30 segundos. Abro la puerta del puente y se produce la siguiente interacción con el oficial de guardia:
¿ Huevon, que hiciste ? dije yo.
No se…, pero yo no fui, dijo el subteniente.
La reacción inicial fue parar la máquina, establecer la zona roja bajo la línea de flotación, cubrir puestos de emergencia general en la mar y buscar la zona del buque por donde estaba ingresando el agua, ya que durante los primeros 3 minutos se asumió una varada con vía de agua inminente.
Simultáneamente, la revisión de la carta de navegación, el radar, el reporte de la máquina y los vigías no reportaban daños ni averías, lo cual hacía aún más inusual la situación.
El buque, ya sin viada avante, comenzó a desarrollar un movimiento vertical de aproximadamente 1 a 2 metros, lo cual se percibía desde el alerón del puente, ya que cada vez que el buque salía del agua, las hélices girando se escuchaban batiendo el aire.
Transcurridos casi 4 minutos desde el inicio de los movimientos anómalos, el Canal 16 de VHF marítimo permitió tener las primeras luces de lo que estaba pasando. Un civil, posiblemente pescador de la caleta de Constitución, se comunicó con otro civil con el cual comentaron lo fuerte del sismo y que se les había caído casi todo dentro de su hogar y que una de las esposas había corrido hacia el cerro.
Esta fue la primera y más evidente prueba de que nos encontrábamos frente a un terremoto. Nunca, eso sí, asumí que estábamos frente a un tsunami.
Sin perjuicio de los anterior, y siguiendo los protocolos vigentes y mi propia experiencia de 6 años embarcado en Iquique, se cayó a rumbo 270 y se navegó por 1 hora, hasta que se logró sintonizar una radio comercial argentina que avisaba de un terremoto de magnitud superior a 8,8 sobre territorio chileno.
Pero volvamos a esa comunicación de canal 16 VHF. Posterior a recibir esa comunicación, aproximadamente 1 minuto después, las luces de la ciudad de Constitución, que se encontraban a la vista debido a la corta distancia de costa, se apagaron sin previo aviso, en su totalidad. Inicialmente lo asumí como parte de las réplicas del terremoto; sin embargo, la historia posterior nos indicaría que ese apagón fue el resultado de la destrucción de la totalidad de la infraestructura debido a la ola de tsunami que arrasó la costa en cuestión de minutos.
En definitiva, habíamos navegado sobre el epicentro y sobre el lugar desde donde se generó la zona de sacrificio de esa fatídica noche.
Este relato nadie me lo contó…yo estaba ahí y aprovecho esta instancia para saludar y agradecer a esta tremenda dotación de la LST Chacabuco 2010, porque con ellos todo fue posible y las muestras de genuino sacrificio y valor son solo una muestra del coraje del marino chileno.
14 comentarios
Excelente relato. Más una vez nos tocó navegando sentir un sismo. Sería genial si algún submarinista pueda relatar si navegando sumergidos, les tocó algo parecido.
Bonita historia Ronald, y sin duda que debe haber sido una gran experiencia para toda la dotación.
Es una gran verdad eso que escribes: «la respuesta ante las emergencias es algo con lo que los marinos de Chile hemos crecido desde muy jóvenes». En mi caso, que llevo trabajando 24 años en Centros Comerciales, siempre cuando hay una emergencia grande en nuestros Malls, me dicen, medio en broma y medio en serio, que el marino se haga cargo y que deje todo funcionando en el menor tiempo posible.
Saludos y un abrazo.
Excelente experiencia Ronald.
Efectivamente nuestro entrenamiento nos permite estar listos para enfrentar situaciones complejas y liderar el caos, como Infante de Marina nos ha tocado estar en todas las catástrofes, y nuestra gente trabaja en forma muy profesional y comprometida.
Efectivamente se sienten los temblores fuertes en la mar. Era CDTE de la fragata Condel el año 1985 saliendo de Puerto Aldea para ejércitos y sentimos unos remezones del buque. Pensamos todos en el puente que había un accidente en la máquina. Esperamos que el ingeniero nos avisara algo, no pasaba nada. Luego de pasar un tiempo supusimos que fue un fuerte temblor
Extraordinario el relato y más extraordinario de como están preparados nuestros marinos chilenos para las emergencias en la mar o en tierra. Eso sí que me gustaría saber que es del pobre subteniente que en ese momento estaba de guardia y su comandante le dijo » ¿ Huevón que hiciste ?.
Tremenda historia. Mi Almirante gracias por compartirla !!!
Excelente relato. Es una experiencia única. Afortunadamente sin mayores consecuencias para el buque y tripulación.
Gracias por compartirlo!
Muy interesante el relato mi Almirante, me quedé con las ganas del relato de lo que sucedió y observaron después.
Muy vivida hostoria contada con la perspectiva de estar navegando y poder transmitirla para los que estavamos en esos momentos viviendo la experiencia en tierra . Gracias por conpartirla.
Mario Barbieri M
Muy buen relato, lo vive en tierra zenteno 45, las comunicaciones con la unidades y zonas navales.fue muy difícil saber mas sobre los camaradas.-
Lo vivido marco nuestra historia naval.-
Cuando se me viene a la memoria ese día estaba en mi casa en Talcahuano fue un momento difícil pero al leer este hermoso relato mi Almirante puedo decir que realmente somos un país de heróicos hombres.
Exelente reflexión mi Almirante
Excelente relato mi Comandante, yo estuve posteriormente en esa barcaza, y tengo mis mejores recuerdos como Marino, en especial de mi querido Canopus QEPD. Saludos.
Que tremenda historia y experiencia para toda esa dotación. BZ a todos ellos y esperar que nuestra institución siga preparando a nuestros marinos, profesionalmente, para seguir entregando nuestros servicios a la patria de la mejor manera posible.